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Las cuerdas de la guitarra

Las cuerdas de la guitarra

No desesperes

¿Llevas mucho tiempo tocando la guitarra y todavía no has encontrado tus cuerdas perfectas? ¿Eres principiante y no sabes qué cuerdas probar? ¿Las recomendaciones de amigos, profesores y profesionales del comercio no te terminan de convencer? No desesperes, la elección de la cuerda definitiva para muchos guitarristas, incluidos los profesionales, puede no llegar nunca y mejor asimilarlo así. Este asunto trata sobre todo de experimentar aplicando nuestros conocimientos sobre las diversas características de las cuerdas y para ello te vamos a dar los siguientes consejos:

Las cuerdas de la guitarra: elementos comunes

Con independencia del tipo de guitarra que tengamos, debemos saber que los fabricantes de cuerdas las construyen con distintos materiales, grosores y tensiones, lo cual no significa que una cuerda sea mejor o peor que otra para el mismo cometido, ya que son muchos los factores que hacen que una cuerda nos agrade más que otra y que parten de la propia construcción del instrumento y de nuestra forma de tocar, y es que una misma cuerda puede comportarse de forma dispar tanto en su tímbrica como en la tensión que adquiere dependiendo de la guitarra sobre la que la montemos. Por ejemplo, dos guitarras clásicas de diferente construcción y maderas podrán hacer que la misma cuerda en una sea más "chillona" pero en la otra más "dulce" y que además varíen sustain y volumen. Del mismo modo, una ligera variación en la escala (tiro), acción y angulación de la pala y/o hueso o puente puede modificar la tensión de la cuerda así como la comodidad en la ejecución. Estos elementos son comunes en las guitarras clásicas, flamencas y acústicas, con independencia de que puedan ser amplificadas, y por supuesto en las guitarras eléctricas. 

Otro elemento común a todos los tipos de cuerdas son sus indicaciones en la bolsa o paquete acerca de la tensión. Las guitarras clásicas o flamencas suelen emplear las palabras relacionadas con la tensión, como "low tensión " o "medium-high tensión" y en algunas ocasiones veremos en el reverso los calibres de cada una de las cuerdas. En las acústicas igual, aunque también veremos cerca de "light" o extra light" dos números que indican el calibre de la primera (1ª) y última cuerda (6ª) como ".011-.052" y en las eléctricas exactamente lo mismo que en las acústicas, a veces acompañadas del género musical para el que ha sido concebido ese juego de cuerdas, como ".010-.046", "jazz light gauge". No tocaremos, por ahora, el tema de cuerdas especiales como las cuerdas de nailon para guitarra acústica o de aquellas que llevan un entorchado de larga duración porque merecen ser temas tratados aparte.

En principio los calibres más finos ofrecerán un sonido con menos cuerpo y algo menos de sustain y volumen siempre pulsando con la misma fuerza, aunque esto no tiene porque ser sinónimo de mala calidad sonora, y los calibres más gruesos harán que el sonido gane en volumen y sustain pero también requerirán mayor fuerza en la pulsación. Debemos elegir con sensatez y, si somos jóvenes estudiantes y nos encontramos en los primeros años de aprendizaje, quizás optar por una cuerda de tensión media sea lo correcto aunque sepamos que algunos profesionales montan tensiones altas, pero lo correcto es priorizar en la comodidad porque además hoy en día la calidad de las cuerdas de las principales marcas garantizarán un buen sonido. En otras ocasiones serán los propios profesionales, muy experimentados y que gozan de una pulsación muy fuerte y agresiva los que quizás prefieran montar cuerdas de tensión baja o incluso muy baja, debido a que van a ser montadas en una guitarra antigua que comienza a mostrar cierto deterioro. En tal caso la prioridad es el mantenimiento del instrumento aunque nuestra forma de tocar exija de cuerdas de mayor tensión.

Los principales fabricantes también desarrollan cuerdas pulidas, esto significa que el típico sonido metálico que producen los bordones cuando los recorremos con nuestra uña, desaparece. Pueden ser muy recomendadas para algunos conciertos, especialmente de música clásica y jazz, así como dentro del estudio de grabación para evitar esos sonidos metálicos al cambiar rápido de posición y que tanto gustan en algunos géneros musicales pero que se prefieren evitar en otros.

Como podéis ver, debéis experimentar sin miedo pero cabalmente porque la elección de las cuerdas, en última instancia, depende de la experiencia propia y esto implica derribar muchos mitos. Escuchad los consejos de los que más experiencia tienen tanto en la construcción como en la ejecución así como de nosotros, los profesionales de los comercios, pero no aceptéis tales consejos con los ojos cerrados ni hagáis un mantra de los mismos. Debéis desarrollar vuestro propio criterio.

Ya hemos mencionado que no todas las cuerdas se comportan igual en según qué guitarra las montemos. Ahora veamos algunas particularidades de las cuerdas según el tipo de guitarra para las que se fabrican.

Las cuerdas de la guitarra clásica o flamenca

Es posible que algunos os preguntéis porqué no hemos escrito "clásica y flamenca" (también podríamos llamar a ambas "españolas"). Lo cierto es que si bien existen algunos matices entre las guitarras clásicas y flamencas, son exactamente eso: matices, siendo la esencia común a ambas y siendo, por lo tanto, un mismo instrumento. A efectos de cuerdas encontraremos en el mercado una amplia variedad tanto para clásico como para flamenco pero nuestra vasta experiencia en el sector del comercio de la música nos dice que no hay que dejarse guiar por estas etiquetas.

El material principal para la construcción de estas guitarras es tradicionalmente el nailon aunque hoy en día podremos encontrar también carbono, titanio y otros materiales derivados. Esencialmente el nailon proveerá mayor calidez obteniendo así un sonido más "orgánico" pero la cuerda es más frágil por lo que tendrán que ser sustituidas antes que otras fabricadas con componentes más modernos. Asimismo, el volumen obtenido en el carbono, titanio y otros tiende a ser más alto y metálico. No merece la pena desarrollar en exceso la cuestión de las diferentes formas de tratar el nailon pero sí saber que puede ser rectificado, puro o compuesto y que, aunque cada fórmula otorga una particularidad sonora diferente, sería injusto deciros que tal cuerda es mejor que tal otra. Cuestión de gustos.

Algunos fabricantes incorporan en sus catálogos juegos de cuerdas en los cuales las tres primeras son negras o rojas, incluso algunos fabrican todas las cuerdas de colores o de un sólo color y aunque en principio esto otorga una riqueza armónica y brillantez a las primas, encontraremos tales características en muchas otras cuerdas transparentes, por lo que optamos por no darle excesiva importancia al tema del color.

Las cuerdas de la guitarra acústica

Las cuerdas de acústica se hacen más difíciles de tocar que las de clásica o flamenca porque generan mayor tensión y además todas son metálicas. Un buen número de guitarristas optan por la púa pero son también muchos los "pros" que obtienen sonidos preciosos tocando directamente con los dedos. Su construcción suele ser de bronce, bronce y fósforo, bronce y aluminio, cobre y zinc, acero y hasta seda. Hay una teoría que cuenta que el núcleo alrededor del cual se entorcha el metal, si es redondo despedirá un sonido más "vintage" mientras que si es hexagonal, la cuerda durará más pero el sonido será menos genuino. Lo cierto es que, a día de hoy, encontraremos un gran sonido y buena durabilidad en muchos tipos de cuerdas. Debido a sus características y a los diferentes cuerpos de las guitarras acústicas, encontramos la diferencia en el sonido de estas cuerdas más detectable que en las cuerdas de nailon. Si por ejemplo queremos obtener un sonido brillante, unas cuerdas de bronce y fósforo serán las primeras que debamos probar mientras que si buscamos profundidad y nitidez, las 80/20 de bronce pueden ser una fantástica opción. Completamente diferentes son las cuerdas cuyo núcleo se recubre de seda y que pueden ser muy adecuadas para las guitarras de cuerpo pequeño que habitualmente se emplean en el folk. Como podéis ver, las opciones son muy variadas, y aún lo pueden ser más debido a la gran cantidad de factores que intervienen.

Las cuerdas de la guitarra eléctrica

Los materiales más populares para la construcción de las cuerdas para la guitarra eléctrica son el puro níquel, níquel (cuerdas niqueladas) y acero, aunque también se ha incorporado el cobalto y algún otro material similar. Las cuerdas de níquel son las más populares del mercado y ofrecen un tono brillante mientras que de las de níquel puro se obtiene mayor calidez y un aire más "vintage". Las cuerdas de cobalto ofrecen enorme durabilidad y equilibrio si bien no son tan populares seguramente debido a su mayor precio. A veces es mejor asumir un deterioro mayor de la cuerda pero que, el tiempo que las estemos tocando, nos ofrezcan lo máximo que les pidamos y otras veces quizás optemos por invertir algo más pero que duren mucho tiempo. Como hemos comentado previamente del resto de cuerdas, se trata de probar sin miedo porque, mientras invirtamos en cuerdas de reputados fabricantes, no vamos a encontrar cuerdas malas sino cuerdas que son más de nuestro gusto o menos.

Hasta aquí una breve guía sobre las principales características de las cuerdas de los tres tipos de guitarra más populares que existen. Si deseáis seguir investigando encontraréis que estamos ante un mundo mucho más amplio en el que siempre encontraréis una nueva puerta que abrir, entre otras cosas porque los fabricantes siguen investigando y experimentando.

Si queréis ver una amplia gama de cuerdas para guitarras clásicas, acústicas y eléctricas, visitad https://beatsporminuto.com/3432-cuerdas-juegos

iSalud y música!

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