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Los instrumentos tradicionales

Los instrumentos tradicionales

Los instrumentos tradicionales: el punto de partida

La ciencia que se encarga del estudio de los instrumentos musicales es la Organología. Estudiar los instrumentos implica conocer no sólo su construcción y particularidades acústicas sino también su historia y la cultura en la que han visto la luz y han continuado desarrollándose, a veces dentro de la propia cultura autóctona, o lo que es igual, dentro de las músicas propias de esa cultura, a veces universalizándose y convirtiéndose por lo tanto en accesibles para casi todos los habitantes del globo dentro de sus respectivas culturas y músicas dentro de las mismas.

En tal caso ¿podría un instrumento antiquísimo, como un simple pandero, "salir afuera" y recorrer el suficiente mundo como para que pueda ser modificado tanto en construcción como en utilidad, de acuerdo a las nuevas estéticas musicales que conforman un nuevo contexto para el instrumento y seguir siendo no obstante un instrumento considerado tradicional? Partiendo de que no es un tema fácil en el que posiblemente muchos musicólogos y etnomusicólogos no terminan de ponerse de acuerdo, nuestra respuesta es rotundamente sí.

¿Tradicional? ¿étnico? ¿folclórico?

Antes de entrar en materia respecto a los innumerables instrumentos repartidos a lo largo y ancho de los cinco continentes, observamos que tales palabras acompañan con frecuencia a una buena variedad de instrumentos, y no nos referimos exclusivamente al ámbito comercial, también los propios músicos, aficionados, divulgadores, etc. pueden emplearlas haciendo referencia a aquellos instrumentos que, en esencia, no se emplean de manera habitual dentro de los escenarios de las músicas populares urbanas ni en las grandes orquestas de música clásica y sí en el ámbito rural y de tradición oral para todas aquellas celebraciones que tengan que ver con lo festivo, también lo funerario y, en definitiva, con aspectos rituales localizados geográfica y culturalmente en ámbitos cerrados. Partiendo de que tal perspectiva es incorrecta y de que el diccionario de la RAE no nos ayudará mucho en este sentido, ya os adelantamos que dentro del contexto planteado podemos considerar que las tres definiciones comparten el mismo significado, quizás con algún leve matiz que irá apareciendo a lo largo de este post.

El ámbito natural como germen de la música

La Arqueología musical, otra de esas ciencias apasionantes, data como instrumento musical más antiguo un tipo de flauta con más de 40.000 años de antigüedad. Objeciones aparte respecto a qué consideraba el ser humano como música, en aquella época, y si tal objeto nació como instrumento musical o como un emisor de sonidos que habría podido beneficiar las tareas de la caza, bien acercando animales como futuro alimento, bien ahuyentando depredadores, y por supuesto obviando nuestra voz humana así como nuestro cuerpo como primeros emisores de sonidos con sentido musical, las primeras familias de instrumentos (percusión, viento y cuerda) nacieron obviamente en un entorno natural porque, sencillamente, era el único ámbito conocido. Conforme nuestra especie evolucionaba, llegaron los asentamientos que gradualmente se convirtieron en sólidas culturas rurales y, muy posteriormente, en lo que hoy en día llamamos ciudades, y con ellas, fruto de una mayor estabilidad e interacción entre sus habitantes, un nuevo impulso en conocimiento y, por ende, en desarrollo general y naturalmente musical.

Lo urbano como despegue

De forma gradual, los habitantes del medio rural migran a las ciudades, y con ellos sus músicas y sus instrumentos donde, al mismo tiempo, toman contacto con aquellos instrumentos que se van desarrollando en ámbitos más académicos. Saltándonos muchos pasos ya que, de lo contrario, este post sería interminable, nos encontramos en el s. XXI con un sinfín de instrumentos de origen tradicional, otros desarrollados en el contexto académico y otros que, con independencia de su nacimiento, su empleo es tanto en un escenario como en otro.

Lo comercial

Muchas de las grandes marcas multinacionales de la música producen instrumentos que, siendo en su origen tradicionales, están diseñados con una estética y construidos con unos materiales que, a veces, se diría que son de reciente invención, a juzgar por su aspecto futurista. Si a esto le añadimos que en la era de la información y la comunicación, músicos que viven en un extremo del mundo se sienten atraídos hacia instrumentos de sus antípodas, en pocas horas pueden recibirlos cómodamente a domicilio y, en no mucho más tiempo, exhibirlos y permitir que sean escuchados sobre un escenario en el que se interpreta una música radicalmente diferente a la originaria de tales instrumentos, algo que en un tiempo atrás resultaba impensable, la confusión está servida.

Entonces ¿cómo clasificarlos? Algunos ejemplos.

No nos consta que existan clasificaciones, al menos aquellas que resultan de mayor utilidad en el ámbito de la Organología, que consideren la historia de los instrumentos en función de una combinación entre su construcción, forma de tocarlos y contexto cultural de los mismos. Por ejemplo, el djembé (¿yembé? ¿djambé? lo de unificar los nombres lo dejamos para otro momento) es un instrumento relacionado con la música de África del Oeste y que además puede ser escuchado en multitud de músicas por todo el mundo. Definitivamente es un instrumento independiente y que incluso su construcción moderna, sea de madera o de fibra y visto y escuchado en numerosos contextos culturales, no nos aleja de su esencia como instrumento tradicional. Sin embargo, si miramos hacia nuestra propia tierra y observamos el cajón, llamado desde hace poco "cajón flamenco" se crea cierta confusión, ya que siendo un instrumento tradicional que viene desde Perú pero de origen afroperuano (posiblemente africano) y que fue evolucionado en España desde hace algo menos de medio siglo para obtener la sonoridad deseada por los flamencos, podemos considerarlo ¿tradicional? ¿moderno? dejamos la respuesta abierta.

Conclusión 

Aceptando los desacuerdos que seguramente surgirán, según investigaciones, fuentes y formas personales de entender la cultura, para conocer más sobre los instrumentos musicales y su catalogación debemos estar bien informados sobre la cultura en la que nacen y su posterior desarrollo, que no sólo incluyen las modificaciones que los instrumentos han podido sufrir con el paso del tiempo sino también las diferentes músicas en las que han ido apareciendo a lo largo y ancho del planeta. Lo que quizás si se presenta como importante es evitar caer en las palabras (tradicional, étnico, folk, académico, etc.) como sellos inamovibles por mera costumbre, ya que a veces los sellos "sientan cátedra" por si mismos y tanto el contexto músico-cultural como las diferentes técnicas en la ejecución e incluso la antigüedad habrá que considerarlos, en ocasiones, como aspectos independientes de la propia naturaleza de los instrumentos. 

Como podéis ver, adentrarse en la Organología para establecer una clasificación de aquellos instrumentos arraigados a las culturas rurales y de tradición oral es un camino en el que nos toparemos con fantásticas contradicciones en las que nos encontraremos con instrumentos que siempre dimos por sentado que eran tradicionales, y no lo son, y otros que sí lo son a pesar de que estamos acostumbrados a verlos normalmente en contextos contemporáneos,

Si os atrae este mundo, sólo podemos recomendaros investigar, investigar, e investigar para que extraigáis vuestras propias conclusiones.

Si queréis conocer un buen catálogo de instrumentos musicales tradicionales, étnicos, folclóricos, "de raíz", o como más os guste llamarlos, haced click en  https://beatsporminuto.com/3201-instrumentos-tradicionales-y-etnicos

iSalud y música!

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